jueves, 29 de enero de 2009

Los Números!!


A ver, lo voy a plantear de modo descarnado: “Desde que soy gay follo más”. No, no lo digo yo,sino un amigo. Y eso es precisamente otras de las grandes diferencias con respecto a mi otra vida – la de hetero se entiende, no la de mi cuarta reencarnación -, el sexo. Pensar que hasta hace dos años me sobraban dedos de una mano para contar el número de chicas con las que me había acostado. Supongo que analizándolo se sacan varias conclusiones: 1. Soy un negado ligando; 2. Las chicas son menos proclives a la promiscuidad; 3. Los tíos somos más tendentes a lo contrario. Y es que, como dice otro amigo, los hombres estamos dotados genéticamente para la promiscuidad. De hecho si nosotros podemos contar hasta 21 y las mujeres hasta 20 por algo será jejeje.

Y esa diferencia la empiezas a notar poco a poco, en pequeños detalles, en conversaciones con amigos. Un hecho significativo es que antes si te preguntaban por el número de chicas con las que te habías acostado, elevabas sensiblemente el número (y más en mi caso que mi historial era bastante pobre) pero ahora cuando te preguntan – sobre todo si esta pregunta te la hace alguien que te interesa xD - con cuántos chicos te has acostado rebajas considerablemente el número (paso palabra). Otro hecho ejemplificador es que antes cuando te ponías a hacer “recuento” de tus encuentros amorosos con féminas, podías recordar el número exacto, y hasta sus nombres! (bueno yo desde luego xD), pero ahora cuando uno empieza a hacer recuento acude a tu mente un número borroso que suele tener un margen de error de +/- 5 (los hay incluso que tienen un margen de error +/- 10!). Y si por supuesto para recontar hace falta tener más brazos que Shiva, ya de los nombres ni hablemos. Pero la prueba definitiva es cuando vas a acompañar a una amiga al Zara de turno y ella te comenta lo mono que es el dependiente, le espetas orgulloso “Sí, me lo tiré” (Esto a mi aún no me ha pasado soy un principiante).


Es curiosa la connotación negativa que todavía tiene la promiscuidad. Obviamente la promiscuidad bien entendida (libremente, sin hacer daño a nadie, y por supuesto con protección) no creo que sea intrínsicamente perversa, lo que lo hace perversa es que se convierta en un hábito o en una adicción, y ya no sería una libertad de elección. Pero en fin todas estas reflexiones son secundarias, lo importante es que recordéis siempre de que los chicos podemos contar hasta 21!!!!.

sábado, 24 de enero de 2009

Yo de mayor quiero ser .... dependiente de ZARA


En mi época, cuando a los niños se nos preguntaba qué queríamos ser de mayores respondíamos cándidamente una lista de profesiones uniformadas que a nosotros nos parecían lo más excitante que había en esta vida: que si policía, bombero, militar o astronauta, decíamos nosotros entusiasmados, sin imaginarnos que en pocos años algunos pasaríamos de querer ser una de esas profesiones uniformadas excitantes, a querer tener a uno de esos profesionales uniformados excitados (sí a los astronautas también no os hagáis los remilgados). El caso es que si nuestros padres hubiesen sabido que después de querer ser uno de estos profesionales tan viriles hemos acabado ennoviados o encamados con uno de estos profesionales tan viriles, nos hubiesen comprado menos camiones de bomberos y menos pistolitas con placa policial.

¡Pero madres y padres! No estéis tan aliviados si vuestro niño no quiere ser ni bombero, ni policía, no. Las profesiones han cambiado con los tiempos, y ahora lo que está de moda es trabajar en el sector servicios, por lo que queridos padres si vuestro niño quiere ser depediente de Zara, trabajar en un avión y no de piloto precisamente o poner hamburguesas en el McDonalds, no hay nada que hacer, el nene ha salido marica. Excepto si vuestro hijo quiere dedicarse al escaparatismo, en cuyo caso, aunque os haya salido marica, le intentaría convencer de que se dedicara a una profesión de verdad (es broma!!!!, un saludo a los escaparatistas que estén leyendo esto).

Y es que estamos ante uno de esos misterios sin resolver del panorama laboral y gay de este país. Aún entendiendo que hay gays dedicándose a todas las profesiones imaginables cómo es lo lógico al representar al menos al 15% de población de este país, existen ciertos sectores en los que los amantes del mismo sexo abundamos, incluso copamos los puestos (esto si que es discriminación positiva). Aquí van algunos ejemplos, y estoy seguro de que se os ocurren muchísimos más:

A) Dependiente de ZARA. Admitámoslo somos parte de una conspiración judeo textil y nadie ha parecido advertirlo. Sed sinceros, cuántos ZARA conocéis sin que al menos un dependiente sea gay. Yo puedo decir que absolutamente ninguno en España y en los países que he visitado. Eso lleva a preguntarme ¿Realmente en el proceso de selección te preguntan sobre tu sexualidad? ¿será la plasmación de la realidad que los gays tenemos mejor gusto vistiendo o aconsejando? ¿tendrá alguna oscura intención D. Amancio Ortega, dueño de ZARA?. Pero el caso es que, y reconoced, ha habido días que querías ligar, y hemos acabado en ZARA!.

B) Enfermero. Es otra de esas profesiones que no sabes si por su carácter filantrópico, por su compromiso con la ayuda a los demás o simplemente por estar cerca de esos médicos con sus batas blancas, pero también está copado por la “minoría” homosexual. Y qué queréis que os diga, ya que estás ingresado, las visitas de un guapo enfermero gay es mucho más agradable que la típica enfermera sesentona con ganas de ponerte la cuña.

C) Auxiliar de Vuelo/TCP: Es otro de los sectores dónde hacía realmente falta la entrada de gays para desempeñar su trabajo. Y es que era subirse al avión y ver a esas azafatas cincuentonas de IBERIA con el tobillo del mismo grosor de mi cuello, y se te quitaban todas las ganas de volar. En cambio el entrar en el avión y ver a esos mozos tan bien formados (en todos los aspectos) te da una tranquilidad que casi ni te acuerdas que vas a hacer un viaje de horas metido en un cacharro que pesa cientos de toneladas y que solo está sujeto por dos alitas ridículas. Además que este uniforme en particular siempre ha dado mucho juego :D

D) Trabajador de McDonalds: Esta profesión ha sido uno de mis últimos descubrimientos, pues jamás pensé que tantos gays pudieran interesarse en el mundo de las hamburguesas. Pero amigos, es que Ronald McDonalds tras ese maquillaje y ese parecido con la Duquesa de Alba, esconde un gran secreto, y no es precisamente la salsa del Big Mac precisamente.

Y estas son algunas de las muchas profesiones dónde la ejercen grandes profesionales, con preparación y buen hacer y gays por supuesto. Esto es visibilidad y normalidad y no lo que se ve en el Día del Orgullo!. Estoy seguro de que a vosotros se os ocurren muchas más, estáis invitados que yo me voy a ZARA a … comprar una camisa!!!!

jueves, 22 de enero de 2009

¡Hoy no me gusta nada!


Siempre me he prometido a mi mismo que jamás haría la típica lista de cosas que me gustan o me disgustan, ya que me parece una lista innecesaria y además poco interesante para las personas que lo leen (realmente a nadie le interesa si me gusta o no me gusta comerme las uñas). Peeeero, dado que hoy ha sido uno de esos días en los que no debería haber salido de la cama y solo se me vienen a la cabeza pensamientos negativos, pues al menos canalizaré estos pensamientos negativos y publico algo (eso sí monótono y poco original, así que disculpadme). Así que pongamos lo que no me gusta, que es largo y más hoy:

- No me gusta el tacto de la tiza (me da dentera)
- No me gustan las monedas de uno y dos céntimos
- No me gusta Joaquín Sabina
- No me gusta el tomate crudo
- No me gustan las películas de terror
- No me gustan el Windows Vista
- No me gusta la frase “las cosas pasan por alguna razón”
- No me gusta que me traten con condescendencia
- No me gustan los libros de bolsillo
- No me gusta la lluvia
- No me gusta ponerme una camiseta con el salitre de la playa
- No me gusta la gente que dice “Te voy a dar mi opinión” cuándo no se la he pedido
- No me gusta que piten cuando hay atasco (cómo si estuviéramos allí parados por gusto)
- No me gusta el aceite de oliva
- No me gusta el tacto de los asientos de los autobuses (esos de pelillo, también me da dentera)
- No me gustan los días nublados
- No me gusta planchar
- No me gusta el Excel
- No me gusta el fútbol
- No me gusta el cine español
- No me gusta la gente que no me mira cuando me está hablando
- No me gustan los folios arrugados
- No me gusta andar con paraguas
- No me gustan los pijamas
- No me gustan los despertadores
- No me gusta la gente que prejuzga
- No me gusta comer solo

…. Y así podría seguir y seguir, pero creo que ya es hora de que me vaya a la cama y me olvide del día de hoy. Así que otro día pongo las cosas que me gustan!!!

martes, 20 de enero de 2009

¿Se puede ser gay y de derechas?


Zas! En toda la boca! – no me seáis mal pensados guarros que para una vez que no me pongo frívolo -. Hoy vengo provocador aviso, y la primera en la frente, ¿se puede ser gay, y ser de derechas? ¿es coherente? (Oh!, he dicho la combinación prohibida gay y derecha en una misma frase). No sólo se puede, sino que es perfectamente compatible ser homosexual y estar de acuerdo con la ideología de derechas, centro, liberal o cómo quieran que se les llame.

Parece mentira que en pleno siglo XXI aún haya gente que vincule tu orientación sexual, tu raza o tu religión a una determinada ideología política. Por esa regla de tres Obama no habría pasado a la historia como el primer presidente negro de los Estados Unidos, ya que la mayoría de la población norteamericana es blanca, o será imposible que en España gane un presidente vegetariano con lo aficionados que somos en este país al jamón serrano. Es más yo como hombre estaría directamente condicionado a votar a candidatos masculinos por el simple hecho de tener pene. ¿Por qué por ser gay tengo que alinearme sistemáticamente con aquellas ideologías que dicen defender la “causa gay”? ¿Acaso por ser gay no necesito un sistema de jubilación decente, una sanidad eficaz, una educación de calidad o una justicia adecuada? Sabía que el sexo entre hombres llenaba, pero no sabía que llenara tanto como para olvidarme de todas mis necesidades, excepto la de reivindicar mi sexualidad.

En una sociedad dónde lo políticamente correcto es lo imperante, nadie se para a pensar la contradicción que supone salir a la calle a protestar por la muerte de civiles en Gaza por culpa de Israel, mientras que nadie rechaza que en esa misma zona del mundo, como es Gaza, la homosexualidad sea un delito mientras que en Israel los gays están plenamente integrados en la vida civil. Esa misma corrección política que recoge firmas para que el Vaticano deje de considerar la homosexualidad un pecado pero que no se moviliza para censurar que en Irán cuelguen a los homosexuales por el simple hecho de serlos (se ve que no consideran la vida terrenal tan importante como la vida eterna). Y son estos reivindicativos de la causa gay a mediopensionistas los que censuran el simple hecho de que alguien pueda pensar distinto, de que alguien gay pueda estar de acuerdo con una ideología que no centra su discurso en una parte de la sociedad como es la población homosexual, sino que extiende su discurso a toda la sociedad civil, sin distinguir a sus destinatarios, sin hacer distinciones entre blancos o negros, entre mujeres y hombres, o entre homosexuales y heterosexuales.

Porque si algo hace especial al ser humano es su capacidad de elección y opinión sin que sea condicionado por sus genes. Y yo desde luego no voy a llevar la contraria a miles de años de evolución. Por lo tanto sí, se puede ser gay y de derechas. ¿qué opináis?

lunes, 5 de enero de 2009

Frases para memorizar: ¿Tomamos un café?


Pues no tenía yo planeado postear en el blog antes de que acabaran oficialmente las Navidades, últimamente sufro el típico bloqueo del escritor. Vale no soy Ken Follet, pero también sufro bloqueos creativos. Así que pensando y pensando, no se me vino nada a la mente. Hasta que de pronto recibo un sms de una amiga “¿quedamos para tomar café?”, y de pronto esas palabras tan inocentes, cargadas de buenas intenciones, han retumbado en mi cabeza como una de las frases más abiertas y a la vez más mentirosa de este mundillo. Y es que estoy seguro de que ya asoma una sonrisa en vuestras caras. Hace un año y medio tomar un café era tomarse ese liquido elemento con cafeína, ahora no todo lo blanco y asas es leche (vale mal ejemplo y que da lugar a interpretaciones maliciosas), o por lo menos hay cientos de matices en este poliédrico mundo gay.


Y es que la primera vez que recibo un mensajito, uno de esos mensajes de los cientos de perfiles proponiéndome un inocente café. Yo joven núbil y poco ducho en este tipo de procedimientos, dobles lenguajes allí que fui a tomarme ese café, y cuando me quise dar cuenta, no era precisamente un café lo que me ofrecía (dejo para la imaginación del lector lo que pasó a continuación). Después de eso vinieron más invitaciones a café. Y también cafés de verdad. Y estoy seguro que muchos de vosotros ha propuesto un café a sabiendas que las intenciones segundas eran otras menos inocentes. Y que tire la primera piedra quién esté libre de pecado. Porque a pesar de todo lo que se achaca a este “mundillo”, aún hay que guardar las formas … ¿o no? Tal vez este jugueteo de segundas lecturas y dobles intenciones también forma parte de este mundo. Y es que ¿quién no ha dicho nunca? “A ver si nos tomamos un café”. Y por cierto no me gusta el café :D

PD. Para Mr. Albornoz jaja